jueves, 13 de febrero de 2014

Una mirada al pasado: cerrando círculos

Con cierta frecuencia nos encontramos con personas que se han quedado viviendo en el pasado, permitiendo que algunas situaciones estánquen su crecimiento, ya sea a nivel profesional o en su vida personal.
 
Hoy quiero compartir el escrito de Paulo Coelho, a propósito de que Dios me ha dado la oportunidad de ir cerrando circulos de casos pendientes, así como también sé cuales son las consecuencias de no cerrarlos en el momento oportuno.
 
Es importante echar de vez en cuando una mirada al pasado para tener claro qué no queremos repetir en nuestras vidas y de cuáles experiencias aprender. Pienso que una mirada al pasado, nos permite construir un mejor futuro, siempre y cuando evitemos detenernos en lamentaciones de cosas que quisimos hacer y no hicimos cuando era el momento apropiado.
 
Aquí les comparto el escrito que en diferentes etapas de mi vida me ha permitido soltar y dejar ir, fortaleciendo mi caracter y aportando a mi crecimiento como ser humano.




Cerrando Circulos:

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
 
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
 
¿Terminó tu trabajo?, ¿“Se acabó tu relación ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los por qué, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
 
El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
 
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
 
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
 
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender “tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.
 
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas” por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones? , ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
 
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
 
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
 
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
 
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!
 
+Paulo Coelho*

miércoles, 8 de enero de 2014

Una vida balanceada

A raíz de la partida de diferentes personas de manera sorpresiva, y por tanto inesperada, en los últimos días me he puesto a reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras vidas.

Cada día nos afanamos tanto por alcanzar metas, obtener títulos, reconocimientos en el ámbito profesional, cuidar nuestra imagen y dar pasos firmes, en la mayoría de los casos, para ganarnos el reconocimiento de quienes nos rodean, que perdemos el balance entre cada área de nuestras vidas, llegando al punto de descuidar o dar menor valor a lo que realmente importa.

Y ojo con esto: no quiero decir que todo eso este mal; de hecho, soy abanderada de la idea de que debemos destacarnos y ser extraordinarios en lo que hacemos, de que debemos luchar por ser mejores, por educarnos y por tener siempre sueños y metas para alcanzar;  donde es importante poner especial cuidado es en no descuidar áreas vitales; como la espiritual, familiar, etc. que son finalmente las que nos sostienen en los momentos de quietud.

Nunca voy a olvidar el consejo de una persona que respeto y admiro en el ámbito laboral, cuando me advertía sobre el peligro de romper con ese balance y lo importante que es para mantener una vida equilibrada y saludable... quizás, al observarme tan afanada dando mucha prioridad a temas profesionales, mas que personales y familiares.

Apenas inicia un nuevo año, en el cual me he propuesto de manera determinada cuidar mas de mi, de mi familia, a poner a Dios como prioridad en cada cosa que hago, sacar tiempo para hacer lo que me gusta, a cuidar los detalles y a vivir cada instante como si fuera el último. Me he propuesto bajarle la intensidad al stress y subirle el nivel a la música!

En este año quiero soñar con que podemos ser mejores seres humanos, con que podemos tener un mejor país, con que podemos rescatar muchos de los valores que hemos ido perdiendo en las familias. Quiero soñar y trabajar arduamente para recibir todas las bendiciones que sé Dios tiene para mí y para mi familia. Sin dudas, este es un año de doble bendición, como dice una querida amiga.

Abre tus brazos y decídete a recibirlas, pero no le dejes todo el trabajo a Dios. Sal a buscarlas, pon Fe, corazón, acción, enfoque y determinación, pero sobre todo...disfruta el camino!!

Bendiciones!

Kenia González
Twitter: keniagonzalez; serencgroup