miércoles, 8 de enero de 2014

Una vida balanceada

A raíz de la partida de diferentes personas de manera sorpresiva, y por tanto inesperada, en los últimos días me he puesto a reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras vidas.

Cada día nos afanamos tanto por alcanzar metas, obtener títulos, reconocimientos en el ámbito profesional, cuidar nuestra imagen y dar pasos firmes, en la mayoría de los casos, para ganarnos el reconocimiento de quienes nos rodean, que perdemos el balance entre cada área de nuestras vidas, llegando al punto de descuidar o dar menor valor a lo que realmente importa.

Y ojo con esto: no quiero decir que todo eso este mal; de hecho, soy abanderada de la idea de que debemos destacarnos y ser extraordinarios en lo que hacemos, de que debemos luchar por ser mejores, por educarnos y por tener siempre sueños y metas para alcanzar;  donde es importante poner especial cuidado es en no descuidar áreas vitales; como la espiritual, familiar, etc. que son finalmente las que nos sostienen en los momentos de quietud.

Nunca voy a olvidar el consejo de una persona que respeto y admiro en el ámbito laboral, cuando me advertía sobre el peligro de romper con ese balance y lo importante que es para mantener una vida equilibrada y saludable... quizás, al observarme tan afanada dando mucha prioridad a temas profesionales, mas que personales y familiares.

Apenas inicia un nuevo año, en el cual me he propuesto de manera determinada cuidar mas de mi, de mi familia, a poner a Dios como prioridad en cada cosa que hago, sacar tiempo para hacer lo que me gusta, a cuidar los detalles y a vivir cada instante como si fuera el último. Me he propuesto bajarle la intensidad al stress y subirle el nivel a la música!

En este año quiero soñar con que podemos ser mejores seres humanos, con que podemos tener un mejor país, con que podemos rescatar muchos de los valores que hemos ido perdiendo en las familias. Quiero soñar y trabajar arduamente para recibir todas las bendiciones que sé Dios tiene para mí y para mi familia. Sin dudas, este es un año de doble bendición, como dice una querida amiga.

Abre tus brazos y decídete a recibirlas, pero no le dejes todo el trabajo a Dios. Sal a buscarlas, pon Fe, corazón, acción, enfoque y determinación, pero sobre todo...disfruta el camino!!

Bendiciones!

Kenia González
Twitter: keniagonzalez; serencgroup